martes, 7 de agosto de 2012
LAS FIESTAS AGOSTINAS ENTRE “CONSUMISMO Y TRADICION”
LAS FIESTAS AGOSTINAS ENTRE “CONSUMISMO Y TRADICION”
Por: Alfredo Tovar
Email: alftovar@yahoo.com.mx
Blog: www.hablandoconderechoylibertadexpresion.blogspot.com
Las fiestas AGOSTINAS en honor al divino patrono” EL SALVADOR DEL MUNDO” son la muestra mas simbólica de la influencia que ejerce la tradicional iglesia en la mente de los salvadoreños dentro y fuera de nuestras fronteras.
Las tradicionales fiestas patronales se registran en la historia a partir de la pos-conquista, siendo la mas antigua en celebrarse la del Divido Salvador del Mundo por ser estas en honor al patrono de El Salvador, por tal razón se realizan en la capital salvadoreña que lleva también su nombre, SAN SALVADOR.
En los registros históricos, se explica el origen de estas fiestas agostinas, se dice que fueron a inicios del siglo XVII, allá por el año 1524-1525 y es a parir de la fundación de la “Ciudad” en ese tiempos las fiestas eran de carácter “CIVICO” y eran en memoria de la VICTORIA DEFINITIVA DE LOS ESPAÑOLES SOBRE LOS INDIGINAS DE LA REGION.
Por eso es importante que los salvadoreños conozcamos nuestra propia historia, las tradiciones mas antiguas que aun prevalecen fueron impuestas por quienes nos conquistaron y obligaron a nuestros originarios a someterse a ellas aun por encima de las costumbres propias a los cuales les prohibieron seguir practicándolas.
Podemos decir que aun cuando nos identificamos con estas tradiciones y disfrutamos de estas festividades no significa que renunciamos a buscar la respuesta mas acertada que justifique y explique la verdadera historia de su origen y el propósito de las mismas.
Aproximadamente 500 años pasaron ya desde que iniciaron estas festividades y aun la población salvadoreña acude con entusiasmo al llamado del divino salvado del mundo, tal ves por su devoción o por necesidad espiritual o puede ser por diversión o recreación, cualquiera sea la causa o la escusa, lo cierto es que seguimos siendo presa de la ignorancia de nuestra propia historia.
La historia no lo dice pero me atrevo a decir que desde sus inicios estas festividades también tenían un propósito MERCANTILISTA al cual le sacaban el máximo provecho debido a la movilización voluntaria de la población hacia la ciudad capital.
Este propósito mercantilista de sacarle el mayor lucro a nuestras tradiciones sean estas impuestas o no, siempre ha estado presente y ahora mas que nunca podemos con toda seguridad afirmar eso, el asedio del comercio hacia la población es obvio y siendo esta una sociedad dada al CONSUMO hace que sea mas atractiva para el propósito del mercado.
Sin embargo podemos los salvadoreños resistirnos a eso, pero para ello necesitamos una cultura nueva que nos permita marcar la diferencia y no permitir que la lógica del mercado nos arrastre a sus propios intereses, pero esta lógica es tan absorbente que en un abrir y cerrar de ojos podemos estar siendo victimas del consumo y hasta cierto punto excesivo.
En nuestro país mucho se habla de la crisis financiera que afecta indudablemente a la mayoría de las familia salvadoreñas pero es impresionante ver en estas festividades abarrotados los centros comerciales, las ventas de comida chatarra, los restaurantes, bares y cafés de la ciudad, cual es la explicación a este fenómeno? en buena medida a las remesas familiares, siendo estas destinadas en su mayoría por parte de quienes las reciben al consumo innecesario.
Se pudo apreciar que los salvadoreños también aprovecharon para visitar e inundar los centros de recreación y esparcimiento, tales como, balnearios, playas, parques, etc., estos en su mayoría eran familias con menores recursos destinados para el consumo, siendo que los lugares más visitados fueron aquellos de menor costo para su acceso.
Hay que decir además que una buena parte de salvadoreños solo tubo una opción a elegir para estas festividades y fue la de QUEDARSE EN CASA, no por ser anticuados o aburridos sino por la simple y sencilla razón de no tener recursos para tales gustos.
Las festividades pasaron ya y los salvadoreños volvemos al círculo rutinario de siempre, solo que con algunas acepciones y es que con todo este alboroto de gente algunos tuvieron la desdicha de ser las victimas y pagar con sus vidas el costo, aunque hay que reconocer que esta ves en relación a otros años fueron mucho menos las victimas por diversas causas y las autoridades hicieron un buen papel en prevenir y proteger a todos los salvadoreños.
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